Esther Jaramillo y su pareja, Andrés Rodríguez, eran comerciantes en las minas de oro de Tumeremo, un territorio del estado Bolívar, en el sur de Venezuela, controlado por bandas criminales y grupos vinculados con la guerrilla colombiana. Desde junio de 2019, nadie sabe de ellos.
LeerUn estudio de casos de la organización Codehciu revela que el Estado no busca a los desaparecidos en las minas. Familiares de cuatro de las seis historias que comprenden Fosas del Silencio señalan que funcionarios policiales les conminaron a desistir de la búsqueda, algo que contraviene los estándares internacionales sobre la búsqueda de desaparecidos
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